A Sara la crujían los huesos de tanto temblar en aquella fría noche de Hallowen, al tiempo que escondía su cabeza por entre las sábanas, y acurrucando su temor entre la almohada pensaba:
- No debí venir sola, ahora me arrepiento de ello -
El suelo de madera parecía chirriar tras cada paso, en aquel caserío deshabitado.
- Tengo miedo, no consigo dormir -
Sus dientes rechinaban, su cuerpo tiritaba, las puertas chasqueaban, el viento golpeaba los cristales de las ventanas, las paredes vibraban, todo aquello parecía una orquesta de terror.
Sara estaba muerta de miedo, no podía estar allí ni un minuto más, así que sin más dilaciones decidió irse, se levantó de la cama y comenzó a vestirse deprisa, pero de repente, escuchó un fuerte ruido que parecía venir de la parte de arriba.
Sara se dirigió al desván subiendo las escaleras de dos en dos, y cuando llegó allí pudo ver que unas velas estaban encendidas.
- ¿Quién hay ahí? ¿qué está pasando aquí? - gritó en voz alta Sara -
Un ser extraño apareció detrás de Sara, con unos dedos afilados como navajas, tapándola la boca, y unas manos ensangrentadas que sujetaban un cuchillo atravesaron su espalda, al tiempo que una voz decía:
- Soy el hombre sin rostro y estoy aquí para llevarte conmigo -
Sara cayó desparramada al suelo encharcada de sangre.
- ¡¡¡ Plofffff !!!!
Más relatos sobre "Halloblogween 2016 criaturas de la noche" en el blog de Charo
Sus dientes rechinaban, su cuerpo tiritaba, las puertas chasqueaban, el viento golpeaba los cristales de las ventanas, las paredes vibraban, todo aquello parecía una orquesta de terror.
Sara estaba muerta de miedo, no podía estar allí ni un minuto más, así que sin más dilaciones decidió irse, se levantó de la cama y comenzó a vestirse deprisa, pero de repente, escuchó un fuerte ruido que parecía venir de la parte de arriba.
Sara se dirigió al desván subiendo las escaleras de dos en dos, y cuando llegó allí pudo ver que unas velas estaban encendidas.
- ¿Quién hay ahí? ¿qué está pasando aquí? - gritó en voz alta Sara -
Un ser extraño apareció detrás de Sara, con unos dedos afilados como navajas, tapándola la boca, y unas manos ensangrentadas que sujetaban un cuchillo atravesaron su espalda, al tiempo que una voz decía:
- Soy el hombre sin rostro y estoy aquí para llevarte conmigo -
Sara cayó desparramada al suelo encharcada de sangre.
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