"Más allá del deseo"

Más allá del deseo,

hacia el otro lado de las fronteras,

desde el más profundo secreto, 

desde donde las sombras 

ocultan nuestros rostros,

y las luces altivas 

brillan en nuestros ojos.

Más allá de las convenciones,

desde donde el humo

se escurre por entre tu boca,

descendiendo lentamente 

por el costado de mi cuerpo,

y tus besos se resbalan 

por entre mis gemidos.

Más allá de lo cotidiano,

anudando mi innata memoria,

rodeando cualquier zona prohibida,

atrayendo la distancia,

acercándote al eje central
de mi cuerpo adoctrinado.

Más allá de que me pienses,

te mostraré mi cautiva fragancia 

impregnada sin olvido 
por entre los pliegues de mi piel,

que seduciendo a tu salvaje instinto 
despertará la fuerza de tu intensa 
y desenfrenada pasión.

"Rendida"

Rendida, 
a la misericordia de tu cuerpo,
tendida, 
a la sumisión del deseo,
posando,
 desnuda y abierta ante ti.

Doblegada,
a las sombras del silencio,
entregada,
al vicio y a la perversión.

Postrada,
más que sedienta de ti,
enhebrada,
 cosida a tus piernas,
agonizando,
consciente en la muerte,
temblorosa,
ofreciéndote mi vida.

Amarrada a las cuerdas de tu templo,
desatada la sangre de mis venas,
directa al suplicio placentero del calvario.

"A tu lado"

Estremecida a tu lado, 

amanecí en la mañana,

entre tus brazos,

alma con alma,

piel con piel,

carne con carne.

Tus manos tangibles,

repasaban los destellos de luz,

descubriendo los más ocultos secretos,

bordeando el día entre mi contorno,

jugueteando sobre mis pechos.

Tu boca rumor del deseo,

alimentándose de mi cuerpo,

más terso que nunca,

a la sombra de tus manos,

tocando mi alma.

"Caricia" (Semana 22 de 53)

Mi blanca piel nacarada,

como perla que envuelve 

mi cuerpo de Diosa,

la cubres de deseo 

con la yema del tacto 

del dominio de tus manos.

Con tu lengua derretida 

escalas hacia las montañas

alcanzando mis lunas.

Mi piel tan suave 

como la misma seda,

revestida de diamantes,

vibra marcada con la caricia 

de la carne de tus labios.

Mi piel tostada queda entre tus manos.

"Tu nombre"

Me masturbas la vida,

la mente, los sueños,

el cuerpo, el alma,

al ritmo de nuestros latidos.

Me masturbas de caricias,

con los labios de tu boca,

con los dedos de tus manos,

con la sangre de tus venas.

Me masturbas de besos,

traspasando lo prohibido,

provocándome los gritos,

que llevan marcados tu nombre.

"Rompiéndome"

Me atas las muñecas,

me sujetas los tobillos,

me pones una venda en los ojos,

haces de mi cuerpo tu pertenencia,

me dejo llevar guiada por ti y el deseo.

Me moldeas entre tus manos,

acercándome con sigilo

al misterioso secreto de lo prohibido,

me tambaleas la vida,

me tiemblas el cuerpo,

me erizas la piel.

Me ahogas extasiada,

me rompes en trozos de placer,
agitas las olas de mi mar,

desbordas con profundidad 
el océano más oculto de mis entrañas.

"Paraíso"

Tus garras me estremecen,

perturbando mis sentidos,

perforando el vestido de mi piel,

apretando con fuerza tus dedos,

marcando el más intenso deseo.

Alterada por la excitación,

me tomas entre tus brazos,

te siento amarrada en mi cuerpo,

en la fuerza de tu abrazo me sostengo,

desfalleciendo hundida en ti.

Y me conduces a la lujuria,

al paraíso más oculto,

al placer más intenso,

me perturbas, me alborotas,

me seduces, me despojas.

Me estrangulas en el abismo de la locura,

y exaltada grito sin poder escapar de este delirio. 

"Trazando garabatos"

Vas escribiendo con el lápiz de tus dedos 

versos en el lienzo de mi espalda,

con la saliva de tu boca dibujas corazones,

con tu lengua lames los botones de mis pechos,

liberando las dos lunas de la prisión

en la excitada ansiedad del deseo.

Me trazas garabatos en mi ombligo,

me pintas entre los renglones de mis muslos

besos de todos los colores y sabores,

me vas llenando de tu caligrafía

por los secretos más ocultos de mi cuerpo.

Y en la más oscura intimidad,
me desbordas con la pluma de tu boca,

haciendo palpitar a la noche,

bajo la tormenta temblorosa, 

invadiéndome de tinta hasta los huesos.

"Semilla" (Semana 20 de 43)

Coses en mi piel la transparencia de la gasa,

con la partitura escrita de nuestra canción,

inyectándome la semilla de la vida,

engendrando en mi cuerpo

la humedad del deseo.

Bebo impaciente el elixir del placer,

me asfixio entre gemidos y chillidos,

me vas acercando más allá de tu otra orilla,

para escuchar la melodía de tus latidos.

Y comienzo a ser tu orquesta 

con el instrumento de mi boca,

a viajar danzando entre sollozos,

deshojando la sinfonía del placer.

Tú, mi acorde jubiloso final.

"Caricias"

Con tus caricias 

esculpes mi piel,

resbalando tus manos

en el temblor de mi cuerpo,

mascando las ansias de mi deseo.

Son caricias que tocan 

profundamente mi alma,

que despiertan mis sueños

en el silencio de mi amanecer,

atravesando mis ocultos tesoros,

atizando mi fuego

hasta hacerme arder
en el delirio del placer.

Tus ardientes caricias traspasan 
el continente de mi cuerpo

azotando mis entrañas.

"Insaciable"

Tu mirada misteriosa,

desenfrenada y penetrante,

posando ante mi cuerpo desnudo,

atravesando mi corazón,

que palpita loco y sin sentido, 

cuando siente tus pupilas

devorando mis entrañas

en esta ardiente pasión, 

lujuriosa, desbocada, 

descarada y sin medida.

Me vistes de placer
con las retinas de tus ojos,
enredándome entre tus pestañas,
apoderándote de mi cuerpo y de mi mente.

En este deseo incontrolado,

perpetuo e insaciable,
vicio tempestuoso,

adicción fogosa,

locura irrefrenable, 

desinhibida y eufórica.

Instinto carnal animal,
el de nuestro lenguaje corporal.

"La voz de tus besos"

Tus besos me encienden,

me queman como el fuego,

me saben a pecado mortal,

a posesión condensada,

a batalla ganada,

me hacen temblar,

traspasando mis palpitaciones.

Tu boca muerde mi cuerpo,
mis labios de perlas nacaradas,

sabiéndome a besos lujuriosos,

humedeciendo mis labios rojos.

Mis versos adoran tus besos,

robándote el aliento,

susurrándote con mi dulce voz, 

palabras construidas entre renglones,

para ser escuchadas a la altura de tus oídos,

hasta derramar tu última agitación en mi piel. 

"Brújula" (Semana 19 de 43)

Cabalgas hasta mi amanecer,

te adentras entre las sábanas blancas

de mi sedosa piel de Venus,

llevándome al abismo.

Desbordas mi cuerpo de mujer

con la fuerza de tus riendas, 

entrando en las llanuras de mis adentros,

rompiéndome hasta las entrañas.

Y viajo contigo muy lejos,

perdiendo la brújula del tiempo,

alcanzando más allá del paraíso,

hasta llegar al reino de tu cielo.

Descubro un nuevo delirio de placer,

con tan solo tu aliento,

como hasta ahora nunca nadie

me había hecho sentir.

Porque Tú eres Mi Maestro,

el que me enseña la doctrina de la elevación,

porque Tú eres mi Dios del Amor,

el que me hace palpitar

de manera descomunal mi corazón,

bendiciendo mi cuerpo,

llenándome de vida.

Imagen (Semana 18 de 53)

Pintura "The offering" de Paul Lewin


Soy ave viajera,
alzo los vuelos,
y nacen mis versos.

Canto tímidamente,
escucho susurros,
oteo las rutas.

Diviso rostros desolados,
miradas que callan,
lágrimas ocultas.

Ilusiones rotas,
hojas secas,
esperanzas muertas.