Tus manos inquietas
van dibujando en mi vientre
mariposas de caricias
explorando el contorno.
Nuestras húmedas lenguas
se sellan, se enlazan, se muerden,
bailando en el juego del deseo
confundiéndose de gozo hasta el amanecer.
Cuerpos deseosos y desnudos
abrigados en el lecho del amor,
columpiándose en el fondo del placer
enloqueciéndose nuestros sentidos.